Van 38 pequeños muertos en la guardería de Sonora. No puedo, en verdad, no puedo ni cercanamente imaginar el agudo dolor y la pena de muerte que deben sentir esos padres.
Pero tras la tragedia, vienen las acciones legales, el lavado de manos y las inculpaciones. Y es aquí donde quiero detenerme...
Ya Calderón ordenó "se investigue hasta sus últimas consecuencias" el asunto de la seguridad en la guardería... y yo digo ¿y por qué no investigar, no las "últimas consecuencias" sino la causa primera? Y esa causa primera se encierra en una sola palabra: Corrupción.
Claro, también la miseria: los actos de miseria estatizada de un gobierno incapaz de tener a sus niños en lugares dignos.
Las sobrecargadas guarderías, tienen listas de espera por un lugar codiciadísimo por padres de familia de clase baja (la clase media dejo de existir, aceptémoslo) que no pueden darse el lujo de pagar una guardería privada.
Amparadas por la necesidad de sus servicios, medran toda clase de guarderías y kinderes "patito" subrogadas por el Estado, vía IMSS... es decir, le venden sus servicios al Estado, quien canaliza a los bebés y menores que no cupieron en la guardería oficial.
¿143 pequeños en una vieja bodega? Sólo era cosa de tiempo, con o sin refaccionaria en la esquina, para que algo sucediera. ¿Qué autoridad permite tal sobrecupo? ¿qué mano firmó la aceptación de la subrogación, a qué precio, tras ver las condiciones físicamente inaceptables del inmueble? ¿Qué gentuza puede, con el corazón frío, adecuar cobertizos como si fueran corrales humanos, por ganarse varios pesos? ¿Cuánto costó permitir la actividad de un infame local acondicionado para ser un negocio redondo, no un lugar de cuidados para niños?
Tantas preguntas... ahora vendrán las persecuciones, la cárcel, las destituciones en masa, la revelación de la podredumbre de un estado tal de cosas (y de autoridades) que permite la abundante existencia de estos corrales humanos, mal llamados guarderías.
Al final... ¿No tiene la misma carga de culpa ese estado persecutor - causa primera de las últimas consecuencias- que prefiere despilfarrar en campañas políticas, pero que no tiene un mísero peso para abrir más guaderías, dignas y seguras? ¿No se le quiebra la voz al presidente de vergüenza por buscar chivos expiatorios y no haber hecho un plan de desarrollo de infraestructura en guarderías, para proteger a esos ciudadanos que tanto cacareo tendrían toda su protección? ¿Por qué no trae a rastras al país a los miserables que nos lo dejaron en la pobreza?... con esos capitales repatriados (no expropiados, no se puede expropiar lo que nos fue robado) no sólo se construirían maravillosas guarderías, sino se podría renovar la infraestructura educativa total del país, única y verdadera fuente de riqueza de una nación.
No quiero albercas de caldo chilango en el verano, ni imposibles pistas de hielo que sueñan ser Austria bajo el quemante sol del invierno capitalino, preferiría tener la seguridad de que mi gobierno está, con ese dinero, construyendo albergues seguros para quienes heredarán el mundo.
Y que esos pequeños nos perdonen, a todos y cada uno.