Voy a dormir
a intentar
reposar
Ahora, más que nunca, mejor que nunca puedo entender a esa voz que le grita a Macbeth en medio de la noche... "Cawdor ya no podrá dormir, porque Glamis ha asesinado al sueño"
Ah, sueño, antesala de la muerte, tercio de la vida, oráculo personal, mordida del Hades, ah sueño. Hoy puedo decirlo: no te merezco pero acudo a ti, como una adicta, porque necesito la dosis de alivio que sueles dar.
No hay más, ya está hecho, no hay remedio, no hay vuelta atrás, no hay máquinas del tiempo que liberen al hombre de sus malas decisiones, de la infelicidad, de las consecuencias de sus impulsos, de los trámites de la ira, de las justicias de pacotilla.
Sueño, sueño... ya llegas y te brindas, por igual, al amante exiguo y al ladrón, a la desahuciada y al recién nacido, al paria y al dueño de la mitad del mundo, al hijo pródigo y al padre que ha huído... al que acaba de nacer y al que morirá mañana.
Sólo tú, sueño, puedes mirar, con justicia, las cuencas vacías de tu hermana la muerte... sólo ustedes se dan, sin contemplaciones ni barreras, tarde o temprano, a todos.
Ya vienes
te presiento.
¿Será así como abraza tu oscura hermana?
¿Se sentirá lo mismo?
Que así sea... que así sea.
a intentar
reposar
Ahora, más que nunca, mejor que nunca puedo entender a esa voz que le grita a Macbeth en medio de la noche... "Cawdor ya no podrá dormir, porque Glamis ha asesinado al sueño"
Ah, sueño, antesala de la muerte, tercio de la vida, oráculo personal, mordida del Hades, ah sueño. Hoy puedo decirlo: no te merezco pero acudo a ti, como una adicta, porque necesito la dosis de alivio que sueles dar.
No hay más, ya está hecho, no hay remedio, no hay vuelta atrás, no hay máquinas del tiempo que liberen al hombre de sus malas decisiones, de la infelicidad, de las consecuencias de sus impulsos, de los trámites de la ira, de las justicias de pacotilla.
Sueño, sueño... ya llegas y te brindas, por igual, al amante exiguo y al ladrón, a la desahuciada y al recién nacido, al paria y al dueño de la mitad del mundo, al hijo pródigo y al padre que ha huído... al que acaba de nacer y al que morirá mañana.
Sólo tú, sueño, puedes mirar, con justicia, las cuencas vacías de tu hermana la muerte... sólo ustedes se dan, sin contemplaciones ni barreras, tarde o temprano, a todos.
Ya vienes
te presiento.
¿Será así como abraza tu oscura hermana?
¿Se sentirá lo mismo?
Que así sea... que así sea.
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