Levántate
estás vivo
no ha tocado a tu puerta
ni tu hora ni tu fin
Todo, todo, todo
lo vivo que miras y
aún lo vivo que no conoces
lo vivo que jamás verás
todo
está destinado
al hermoso desperdicio
de la vida
y de la muerte.
Nada sobrevivirá
nada es eterno.
y hace tiempo que lo sabes.
Sí.
Te azotó el rostro la desgracia
estás vencido
lloroso
sin consuelo
quisieras arrastrarte
por las arenas
de un desierto interminable y solitario
pero
no tienes un desierto
no fue ese tu destino
¡mira tú! ¡mira que suerte!
Tienes un jardín pequeño
un jardín por donde asoma
el sol rubio y timorato
de la primavera
un jardín que es una rebanada
de aquel paraíso que perdimos
un jardín donde zumban
las moscas y las abejas
por igual, sin distingos
insectos parias , insectos reyes
los que comen carroña putrefacta
y los que comen azúcar de luna
en el rocío inmaculado de las flores
los capullos infantes,
las flores sin aroma,
las que tienen espinas,
las que son terciopelo,
las que tienen labios torcidos
o bocas refinadas,
las que alegran jarrones,
las que sirven para remedio,
las que curan de espanto,
las que son venenosas,
las que se marchitan al tercer día,
las que duran una estación
flores … todas flores
naciendo
para darse al color, a la vida y a la muerte,
el instante que estuvieron destinadas
al destino que tuvieron por instante
sin pensarlo
sin lamentaciones
sin arrepentimientos
sin filosofías
y tú, agobiado
quisieras un desierto
comértelo a puños
para ver si la arena
termina por sofocar
el fuego de la culpa
que pulsa por tus venas…
y caminas por ese páramo
cruzas calzadas de fuego
dedos que te señalan
bocas que sin decirte nada
ya te están acusando
cruzas ríos desolados
montañas de huesos
y llegas frente
a la oscura puerta
la helada frontera
muralla
misterio
promesa
y sólo
quisieras una tumba para esconderte,
eso suplicas,
poder pasear
antes de tiempo,
buscar bajo la tierra
a los que ya son polvo
platicar con tus muertos
abrazarlos
saber que están bien
que no les hacen falta
ni la leche ni los buenos días
arroparlos, reír con ellos
buscarlo a él
al que le quitaste tiempo
sobre la tierra,
sacarlo de la ceniza
de sus despojos
abrazarlo
alzarlo al sol
lanzarle una pelota
correr con él
bajo un cielo mejor
pedirle perdón
y dejarlo ir
con el feliz trotecito
que alegraba tus ojos
con la plata de su lomo
brillando al sol
corriendo a
donde los tuyos reposan
y te esperan.
Pero no.
Estás frente
a la inconmovible puerta
golpeas sus hojas de hierro
lloras como un niño
reclamas como un héroe
gimes como una madre
te arrastras como un menesteroso
gritas como un condenado
(y es que todo eso eres)
pero no, nadie acude
nadie abre
¡y ya te puedes deshacer las manos
sangrarte los puños y quedarte sin palmas
golpeando con todas
tus desesperadas fuerzas!
Nadie vendrá
Nadie te dejará franca esa frontera
hasta que sea tu tiempo
hasta que sea tu hora
y sellado quede tu destino.
Así que
por ahora,
levántate.
concrétate a vivir...
elige si lo harás
como una condena
o como una aventura
como una cadena
o como camino
pero agarra las bridas
de tu elección.
respira hondo
y piensa
que todos estamos condenados
que todos somos menesterosos de la vida
hasta aquel que con colmillos de oro
hinca la dentadura infame
en el más dorado de todos los bocados,
y aquel que desde que nació nada ha comido
y se irá en unas horas…
A todos se nos dio muy poco tiempo
hasta a los que viven cien años,
todos somos madres de nosotros mismos
todos somos niños frente al misterio
Levántate
estás solo
Has acudido en soledad
a este festín llamado vida
y solo te marcharas
después del postre
no hay más
sólo la vida…
vida a raudales
vida, vida
sagrada, lujuriante, abundante,
desdichada, fantástica, triste,
asombrosa, cambiante, doliente,
hermosa, frenética,
siempre igual,
siempre diferente
… vida.
Para Damaris, con todo mi cariño, por sus palabras
de paz y de consuelo, que prendieron luz en este
desolado corazón .
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